14 julio, 2017 - Rejuvenecimiento, Retoques, Tratamientos de Estética y Belleza
Señores que parecen señoras
¡Hola a todos! Cada vez son más los hombres que recurren a tratamientos de medicina estética para mejorar sus facciones. Hace unos años solo el 20% de los hombres afirmaba cuidarse, pero hoy eso ha cambiado, llegando a ser un 43% aproximadamente. Y es que cada año, vemos como nuestros pacientes masculinos aumentan buscando, siempre, la naturalidad. Cuando un hombre recurre a un retoque estético quiere ‘que no se note (aún más que las mujeres)’, ‘que parezca que no se ha hecho nada’: no le gusta que su círculo sepa que han pasado por la aguja.
Esa búsqueda de la naturalidad por parte del hombre también es provocada por aquellos actores, cantantes… celebrities, al fin y al cabo, que se han hecho retoques estéticos y han perdido su masculinidad. Un hecho conocido y publicado por los medios de comunicación como “señores que parecen señoras”. Maradona, Paul McCartney, Steven Tyler de Aerosmith, Tom Cruise, o el español Camilo Sesto son solo algunos ejemplos (y muy evidentes) de esta feminización de los rasgos del hombre cuando se hacen (malos) retoques’ a la que las Dras (y sus pacientes) se oponen totalmente. Para evitarlo, las expertas siguen una serie de claves específicas de la medicina estética facial masculina indispensables para que los hombres no pierdan ni un ápice de su virilidad y cumplan años como auténticos señores.
Las claves de la medicina estética masculina
El hombre es mucho más anguloso que la mujer. Tiene la frente más recta y hacia atrás, mientras que la de la mujer es mucho más redondeada. Es decir, el hombre tiene los rasgos mucho más definidos. Por esta razón, no es lo mismo tratar un rostro femenino que un rostro masculino, de ahí que haya que prestar mucha atención a las diferentes ‘partes’ de la cara para hacer las infiltraciones forma muy diferente en ellos para evitar feminizar al hombre.
¿Cómo deben embellecerse las diferentes zonas del rostro masculino?
+FRENTE:
La frente del hombre debe mantener marcados el reborde orbitario y las líneas temporales. Además, nunca se deberían eliminar todas las arrugas, ya que, en los hombres, en su justa medida, resultan muy atractivas y una frente demasiado lisa feminiza la región.
+CEJAS:
Jamás hay que afinar, arquear ni levantar las cejas de los hombres con infiltración de neuromoduladores. El retoque estético debe realizarse para que queden gruesas, bajas y planas.
+NARIZ:
El retoque de la nariz es uno de los más sensibles a la hora de masculinizar o feminizar un rostro. Para que el resultado del retoque estético sea óptimo, hay que tener en cuenta que la nariz del hombre suele tener la punta más marcada y algo más baja que la de la mujer, y tienen las fosas nasales un poco más abiertas.
+MEJILLAS:
Suelen ser más angulosas que las de la mujer, y esto se debe al desarrollo muscular y la grasa, que en el hombre hace que se acentúen dando lugar a rasgos más marcados en ellos y más redondeados en ellas. Para tratarlas siempre hay que hacerlo evitando que se proyecte más allá de la mandíbula para que no dé lugar a un desequilibrio facial y, por ende, a una feminización del rostro.
+BOCA:
Mientras que cuando se trata a una mujer buscamos la armonía cuidando la proporción de la boca con la forma de la cara, en el hombre se ha de buscar que la boca mantenga la proporción con la nariz y el mentón; así, con una nariz grande, los labios admiten más grosor; y, siempre, con una nariz pequeña los labios deben ser finos.
+MENTÓN:
Debe mantener las características propias del hombre: más ancho, de forma cuadrada, con base plana, mucho más proyectado, con la línea entre la barbilla y el cuello inclinada y tan ancho como sus labios, ni más ni menos; mientras que el mentón de la mujer debe ser tan ancho como su nariz.
+MANDÍBULA:
Los hombres tienen el ángulo más cerrado que la mujer. Por ello, a la hora de tratar su mandíbula, hay que tener en cuenta que es más cuadrada y más ancha, con el masetero más pronunciado y en línea con el pómulo. El retoque de esta zona facial del hombre nunca debería transformar estos rasgos.
Si la belleza femenina ideal, en cuanto a facciones y armonía es Angelina Jolie, la versión masculina es David Gandy. Es cierto que las comparaciones son odiosas, pero es un buen lienzo en el que fijarse para poder ‘empezar a pintar’ y convertir un rostro de hombre cansado, o con señales de cansancio, o edad… en una ‘obra de arte’, sin feminizar los rasgos.