MESOTERAPIA REDUCTORA Y ANTICELULÍTICA
La mesoterapia es una moderna y altamente eficaz técnica de medicina estética alternativa inventada en la década de 1950 por el médico francés Michel Pistor. La mesoterapia consiste en la administración de múltiples micro inyecciones intradérmicas en zonas del cuerpo con el objetivo de disolver la grasa acumulada, mejorar la circulación sanguínea y linfática lo que propicia la eliminación del exceso de líquidos y toxinas.
Este tratamiento es ideal por lo tanto como técnica reductora y anticelulítica. Ideal para aquellas zonas en las que se resisten los depósitos de grasa o la celulitis. Las sustancias utilizadas durante el tratamiento dependerán del tipo de patología a tratar y de los objetivos que se quieran conseguir pero siempre se utilizarán mezclas de productos homeopáticos y aleopáticos como minerales, aminoácidos y vitaminas.
El principal uso de la mesoterapia corporal es el tratamientos estético con el fin de reducir la cantidad de grasa corporal, combatir la flacidez cutánea, bajar de peso o eliminar la celulitis, y por tanto fortalecer y moldear zonas específicas del cuerpo. El tratamiento puede aplicarse a casi todas partes del cuerpo.
La mesoterapia corporal como técnica reductora y anticelulítica es un tratamiento indoloro y poco invasivo dado que las inyecciones se aplican en la capa de la piel situada justo debajo de la dermis por lo tanto no se precisa anestesia. Las dosis inyectadas son muy pequeñas y perfectamente calculadas y la duración de cada sesión suele durar una media de 15 minutos. Una vez terminada la sesión se podría realizar en algunos casos un ligero masaje manual en la zona tratada con el fin de extender las sustancias inyectadas de manera uniforme y mezclarlas bien con la materia grasa.
Los primeros resultados de esta técnica pueden empezar a observarse a partir de la cuarta o quinta sesión aunque para completar el tratamiento son necesarias unas 10 o 12 sesiones en intervalos semanales lo que equivale a unos tres meses. Una vez terminado, se pueden realizar sesiones de mantenimiento cada quince o treinta días. Sin embargo, tanto la duración como la frecuencia será evaluada en cada paciente en particular según la patología a tratar.