15 julio, 2016 - Estilo de Vida, Rejuvenecimiento, Retoques
Medicina estética y psicología para tratar las emociones
Desde que fundamos Mira+Cueto hemos apreciado que los retoques no eliminan únicamente las arrugas o limitan la flacidez… Sirven también como ‘ayudantes’ en la modulación del ánimo, es decir, en el bienestar psicológico. ¿Cómo? A través de tratamientos orientados a conseguir que las emociones que refleja el rostro correspondan con las que realmente sentimos.
El paso del tiempo produce cambios en la expresión facial que, en muchas ocasiones, deja de corresponderse con lo que realmente sentimos y acaba por repercutir en dichos sentimientos, de tal forma que, corrigiendo esa expresión exterior y recuperándose la correlación entre el sentir interior y el reflejo en el espejo, se mejoran el auto-reconocimiento, la auto-aceptación y, con ello, el bienestar psicológico. Está científicamente demostrado que nuestros gestos influyen en nuestros sentimientos.
Así, ya que parece haber una relación directa entre lo que expresa nuestro rostro y lo que sentimos, parece lógico que modulando la expresión también se podría mejorar el estado anímico. La transformación de lo que expresa nuestro rostro hacia el exterior, fijando sentimientos con los que no nos sentimos identificados es el principal factor por el que uno deja de reconocerse en el espejo, con la pérdida de autoestima que ello conlleva.
En estos casos, el planteamiento del tratamiento pasa por hacer coincidir la expresión exterior con la interior pues, muchas veces, lo que más preocupa a nuestros pacientes no son signos de la edad concretos sino una expresión global fijada en el rostro, procedente de una época de poco sueño o mucho estrés y que, pasado ese periodo, ha quedado‘marcada’, mostrando una ‘falsa’ expresión que ha dejado de corresponderse con la situación real. De hecho, en multitud de casos, la forma de plantear objetivos en consulta es más un -‘quiero que me quite la cara de cansado’- que un -‘quiero parecer 10 años más joven’.
Cómo aplicar medicina estética y psicología contra las caras tristes, de enfado o cansancio
Tras varios años de observación clínica sistematizada, hemos concluido que la gran mayoría de los rostros acaban por reflejar una de las siguientes 3 emociones, cada una marcada por unas trasnformaciones morfológicas específicas:
1º)Cara de cansancio:sombra de ojera + inflamación del párpado inferior (bolsa) + descolgamiento del párpado superior + pérdida de definición del contorno facial (óvalo) + caída de estructuras (descolgamiento) como pómulos.
2º) Cara de estrés, irritabilidad o enfado: ceño fruncido + caída de la cabeza de ceja + depresión o caída de la frente + código de barras + arruguitas en las aletas nasales derivadas de un reiterado fruncimiento de la nariz.
3º) Cara de tristeza: caída del canto de los ojos y la comisura de la boca (con marcado o no de las ‘líneas de marioneta’) + cola de la ceja caída + descolgamiento del párpado inferior.
Para determinar en cuál de los tres grupos de expresiones se engloba cada rostro, realizamos un diagnóstico destinado a analizar qué factores están en la base de la expresión o reflejo de esas emociones a nivel facial. Según predominen unos componentes u otros, se recurrirá a la combinación de diferentes técnicas médico-estéticas como fototerapia (Láser o IPL) para la corrección de sombras, toxina botulínica para modular la musculatura facial y agentes tensores (hilos reabsorbibles) o voluminizadores para reposicionar los volúmenes faciales y redibujar el óvalo.
Los test clínicos llevados a cabo en los dos últimos años de seguimiento de pacientes cuyos tratamientos se plantearon desde el enfoque de Medicina Estética y Psicología centrado en las emociones, confirman, que los pacientes tratados desde la perspectiva de recuperar su expresión emocional facial positiva, experimentan mejorías psicológicas que implican un incremento de la autoestima, mayor positividad e, incluso, aumento de la energía y ganas de afrontar nuevos proyectos.