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Medicina Estética natural (segunda parte)

8 octubre, 2015 - Rejuvenecimiento, Retoques

Medicina Estética natural (segunda parte)

 

Hace unos días os contamos las 5 primeras claves que distinguen un tratamiento médico-estético realmente favorecedor de un “Reneé Zellweger”. Hoy os seguimos dando respuesta desvelando las otras 5 restantes que completan nuestro decálogo de la medicina estética natural. Porque recordad: sí se puede retocar sin transformar.

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Decálogo de la medicina estética natural (segunda parte)

6. REPOSICIONAR VS. VOLUMINIZAR

Los pómulos inflados a base de grandes dosis de hialurónico, u otro tipo de rellenos que pretenden crear la apariencia de un rostro juvenil, acaban por resultar grotescos como cualquier volumen desmesurado, ya sea en mejillas, labios… Nunca es buena idea inventarse volúmenes que el rostro no tenía originariamente en la juventud: un buen tratamiento consiste en reposicionar o colocar en su lugar original las facciones que el tiempo ha desplazado, no crear nuevos rasgos que lo único que logran es transformar el rostro e, incluso, al implicar un peso excesivo pueden acabar por acelerar el descolgamiento dando lugar a un efecto contrario al buscado. Teniendo en cuenta además, que existen cada vez más avanzados protocolos ‘tensores’, que,como los distintos tipos de hilos biocompatibles y reabsorvibles o la tecnología Smash Ultra-Lift,permiten corregir el descolgamiento y favorecer el reposicionamiento de estructuras así como la retracción de la piel sin cirugía, aportar volumen de más no resulta necesario.

7. ARMFotorejuvenecimientoONIZAR VS. DESTACAR

En continuidad con la noción anterior y teniendo en cuenta que desde la antigüedad se ha venido demostrando que es en la correcta proporción o armonía, donde radica realmente la belleza,cuestiones como destacar demasiado un rasgo, salvo que ello forme parte naturalmente del propio rostro, no favorece. ¿Que cómo medir la correcta proporción? Existen fórmulas como la Beautyphycación: empleando la escala del número Phi, desvelado por los grandes matemáticos desde la Grecia Clásica como la proporción de la belleza. Una filosofía de tratamiento, cuya base nos lleva al punto siguiente: tratar en global el rostro en lugar de enfrentarse a los rasgos de forma aislada.

 

8. TRATAR EN GLOBAL VS. AISLAR RASGOS

Cuando uno se centra en un rasgo o signo de forma aislada en lugar de contemplar el rostro como un todo, se dan casos como uno reciente que nos hemos encontrado en el que se había creado una poco favorecedora proyección de la región situada entre el labio superior y la nariz para tratar de borrar unas arruguitas en dicha región… Al fijarse sólo en un rasgo o un signo a tratar sin contemplarlo dentro del conjunto se tienden a pasar por alto vías de solución alternativas que en ocasiones no se ubican justo donde está el ‘inestetismo’ a tratar. Un buen ejemplo de esto son los surcos nasogenianos: para atenuarlos casi siempre funciona mejor crear tracción de la región del pómulo ‘hacia arriba’, con lo que los surcos nasogenianos se ‘alisan’, en lugar de rellenarlos directamente.

 

9. PONER LÍMITES VS. A DEMANDA / TODO VALE

En ocasiones el paciente da mucha importancia a un ‘supuesto’ defecto o signo de la edad que no es el que realmente está alterando la estética de su rostro. Es labor y obligación deontológica del médico-estético reconducir las peticiones, explicando en detalle los posibles errores en la autopercepción. No se puede decir sí a todo y aún más cuando se sospecha de un caso de dismorfofobia (problemática psicológica que produce una distorsión de cómo se percibe la propia imagen y según la cual el paciente siempre se ve defectos, incluso inexistentes). A veces lo más éticamente correcto es saber decir no y exponer los motivos con delicadeza pero con contundencia.Diagnóstico integral de alta preción en Mira+Cueto

10. ELEGANCIA VS. TENDENCIA

Quizás puede sonar a perogrullada, pero el buen gusto es realmente la base de un tratamiento médico estético favorecedor. El buen gusto de la paciente… Y, muy especialmente, el del médico-estético que debería tener un ojo entrenado en la armonía y la proporción y buscar una belleza atemporal sin dejarse llevar NUNCA por la posible tentación de plasmar determinadas peticiones o deseos que realmente van más al hilo de una tendencia estética puntual que de algo que realmente favorece a ese rostro en concreto. Hace poco una paciente nos comentaba que, para ella, el mejor medidor del buen gusto de un médico estético es el propio rostro del mismo. En sus propias palabras: -“Hay médicos estéticos con los ‘labios de pato’, los pómulos ‘inflados’ o ‘cejas de Jocker’. Si ellos se hacen eso a ellos mismos es porque les gusta… Así que yo no me pondría en sus manos”.

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